Pepe Lestón

Gallego y marino en tierra: dos identidades suficientes para una sola personalidad, la de este escritor al que, demasiadas veces, le ha vencido la desidia ante la hoja en blanco. Aun así, la constante presión de las mujeres de su vida, y alguna de los hombres, siempre con guante de seda, ha conseguido que se lance a la aventura de escribir esta novela.

Es por ello que Pepe Lestón presume de que Todos raros responde a los vicios personales de quienes le insistieron para publicarla: el vicio de reír, el vicio de pensar, el vicio de verse reflejado… Ante tamaña pretensión, al autor no le ha quedado otra alternativa que ceder y corresponder.

Ahora, ante el vértigo del abismo de los lectores, el escritor se encuentra preparado para ser objeto de loores y alabanzas; también de escarnio y burla.