Víctor Morales Gila

Estoy relativa y moderadamente satisfecho con el camino recorrido en estos 83 años de mi vida, pero sobre todo por las cosas que he logrado conservar: mi poca o mucha lucidez mental, mi dignidad y mi rebeldía ante las injusticias de este mundo corrupto y deshumanizado. 

He oído muchas veces decir: ¿qué ganas con ser como eres, si nadie te lo tiene en cuenta y solo recibes reveses?, a lo que respondo siempre con una frase mítica: «Vale más morir de pie que vivir de rodillas». ¿Qué es la vida sin lucha ni compromiso? Hace tiempo que no hago juramentos, porque el que hice de niño lo mantengo: no pararé mientras en los mares del mundo sigan apareciendo niños, mujeres y hombres muertos, abandonados por los estados más poderosos y corruptos del planeta. 

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