Y tras muchos meses, puede que años, ha llegado el glorioso momento de culminar la última página de tu manuscrito con la palabra FIN. Una tras otra, las estaciones se han asomado a tu ventana para verte cosido a tu novela, a tu poemario, a tu ensayo, a tu cuento, a eso que hoy, al “fin”, es una obra literaria y que empezó como un aventurero sueño creativo.

Muchos autores y escritoras saltan sobre sí mismos en cuanto acaban de escribir para empezar a mover el manuscrito de cara a publicarlo; si puede ser hoy, mejor que mañana. Pero en la editorial Hebras de Tinta te vamos a dar varios consejos que se resumen en uno solo: PACIENCIA. Por supuesto, nosotros estamos encantados de que nos envíen cuantos más manuscritos mejor para publicarlos. Sin embargo, a eso unimos una realidad que aún nos gusta más: publicar manuscritos bien rematados, acabados con serenidad y conciencia literaria. Aquí van estos consejos, deseando que en ellos encuentres la clave que te ayude a dar los pasos necesarios para encumbrar este “glorioso momento” con una enorme cantidad de ilusión personal y una enorme calidad profesional. Los resumimos así:

1.- Toma distancia para tomar impulso: una vez hayas terminado tu obra, lo mejor es dejarla reposar un tiempo. No hagas nada, olvídate de ella, como si no existiera, durante unas semanas.

2.- Sé tú el primer lector cualificado de tu obra: pasado este tiempo, lee tu manuscrito como si no fuera tuyo, léete como lector, no como autor. Como llevas mucho tiempo acostumbrado al documento de tu ordenador, imprímelo en papel para que la costumbre de la vista no te juegue malas pasadas. Disfruta de esa lectura, con calma, sin pretensiones previas.

3.- No tengas miedo a tu propia crítica: ármate con un bolígrafo rojo y pon señales en tu texto, escribe notas mientras haces esa lectura. Pero no modifiques nada aún, ahora eres solo un lector.

4.- Vuelve a ser la escritora, el autor de tu obra: una vez has leído el manuscrito, vuelve sobre él para revisar tus notas, para releer aquello que no te convenció, para hacer las modificaciones que estimes oportunas.

5.- Busca un lector ajeno a ti y tu obra: muchos autores entregan sus textos a amigos, a personas de su confianza, para que estos le den su “sincera opinión”. Esto es un error, pues un amigo, alguien de confianza, no es neutro y no representa al lector real y ajeno completamente al autor. Por ello, trata de llegar a un amante de la lectura, pero no de ti, si quieres de verdad esa neutralidad.

6.- Encaja con valentía las críticas: Es para ello para lo que entregaste tu obra a ese lector, para que fuera sincero sin quedar comprometida su opinión a vuestra relación o amistad. Escucha con interés y agradecimiento cuanto tenga que decirte. No induzcas su opinión con tus comentarios o explicaciones. Es la hora de escuchar.

7.- Vuelve a revisar tu obra: revisa las cuestiones textuales que te haya señalado tu lector ajeno y sé realista para, llegado el caso, modificar lo que creas oportuno como creador hasta dar por definitivo tu obra.

8.- Unifica la presentación de tu manuscrito: ya con el texto finalizado, unifica tipografías, paginación, índice, títulos de capítulos o partes, juega con los tamaños de letra, etc., para dar a tu documento un aspecto profesional de cara a hacerlo atractivo para leer; también existe una primera impresión en la presentación de un texto.

9.- Realiza tu lectura final antes de entregar la obra en una editorial: vuelve a hacer una lectura pausada, consciente, libre y pausada. Disfruta de tu historia en tu papel de lector.

10.- Y ahora sí, contacta con una editorial de referencia o una que te genere confianza: una vez elegida una editorial (nuestros brazos están abiertos), envía tu texto en formato Word para que el equipo de edición pueda revisarlo y hablar contigo de los detalles para su publicación.

Terminamos este artículo como lo empezamos, dándote el mejor de los consejos: ten PACIENCIA una vez hayas terminado tu manuscrito antes de entregarlo como definitivo, te ahorrará sinsabores, te lo decimos desde los años de experiencia en esta labor de la edición.