La escritora LUCÍA GORRÍA JUÁREZ nos regala en esta entrevista un precioso testimonio de superación, de vida, de valentía, de lucha por atreverse a soñar… La escritora hace un emotivo recorrido que abarca el comienzo de aquellos días oscuros, hasta disfrutar de una primavera de éxito, sosiego y bonita realidad. La editorial Hebras de Tinta ha sido una privilegiada a la hora de acompañar a LUCÍA en este… SENDERO DE UNA VIDA.

ENTREVISTA

Lucía Gorría Juárez, escritora novel de un libro de relatos titulado “El sendero de una Vida”, de la editorial Hebras de Tinta. Publicado en diciembre del 2018, va por su tercera edición. Cuéntanos qué es lo que sientes:

Lo cierto es que pensé que publicaría el libro, haría un par de presentaciones y todo acabaría ahí. Como una experiencia más en la vida, pero la acogida ha sido maravillosa, me siento orgullosa de lo que he hecho, lo que he conseguido y sobre todo agradecida por toda la ayuda que estoy recibiendo y las personas que estoy conociendo por el camino. Estoy disfrutando y aprendiendo muchísimo de cada una de las presentaciones.

Lucía Gorría Juárez. El sendero de una vida. Editorial Hebras de Tinta, autopublicación literaria

Sabemos que todavía te quedan por delante varias presentaciones, curiosamente, son en localidades pequeñas en la que es lógico que la asistencia sea más reducida, ¿hay alguna razón en particular de que esto sea así?

Sí, la verdad es que sí. Es algo que me han preguntado en algunas ocasiones a los sitios que voy y me han avisado, que es probable que acuda poca gente, pero pienso que las ciudades pequeñas o pueblos se merecen las mismas oportunidades para tener acceso a este tipo de actividades. Además, la temática de la que trata El Sendero de una Vida, que es la depresión, es una enfermedad que puede ocurrirle a cualquiera, en cualquier momento de su vida, en cualquier entorno y por cualquier motivo, considero importante, vital que se hable de ella.

¿Por qué crees que es tan importante hablar de esta enfermedad mental?

Porque todavía nos queda mucho camino por recorrer para normalizar esta enfermedad. Hay un porcentaje muy alto de la población mundial que ha pasado o va ha pasar por esta terrible experiencia, es decir, nos encontramos ante un problema global, pero todavía se cree que esta enfermedad es una debilidad de la propia persona y por ello se intenta ocultar, por vergüenza o por el miedo al que dirán. Es como si alguien tuviera una neumonía y se avergonzara de ello, es absurdo. Además, la sociedad en general, tiende a perder la credibilidad de la persona enferma, se deja de valorar su juicio para etiquetarla como alguien “loco”, esas etiquetas son casi imposibles de eliminar en el futuro, aunque la persona este curada, porque la depresión se cura.

El sendero de una vida. Lucía Gorría Juárez. Editorial Hebras de Tinta. Autopublicación literaria

Nos da la impresión que “El Sendero de una Vida “se han convertido en algo más que la publicación de un libro.

Como he comentado antes, estoy aprendiendo muchísimo, escucho en cada presentación historias terribles y dolorosas, pero también historias de superación. Y me siguen animando a que cuente mi experiencia, que no quede en saco roto, así que voy recopilando un poquito de aquí y un poquito de allí, para dar voz a cada persona, a cada historia e intento transmitir los mensajes que me dan. Mis presentaciones se están convirtiendo, en parte, un medio informativo y de reivindicación de esta enfermedad.

¿Qué es lo que crees que nos falta por saber de la depresión?

Muchísimo, la verdad. Yo no soy una experta, ni tengo la verdad absoluta sobre este tema, tan solo puedo hablar desde mi experiencia y mi opinión, pero todavía no ha quedado claro que esta enfermedad duele tanto mental como físicamente, el dolor es brutal y no es algo que el enfermo quiera o pueda evitar, todavía hay gente que sigue diciendo la maldita frase “tienes que poner de tu parte”, como si alguien quisiera pasar por este trance. Si que es cierto, que hay que tener la mente abierta y despejada, por eso es tan importante acudir a un especialista, psiquiatra o psicólogo, para una reeducación emocional en el caso de que sea necesaria y que te proporcione una medicación, esto es esencial para limpiar de alguna manera la mente. Que quede claro que la medicación no te deja incapacitado, lo que incapacita provisionalmente es la depresión, la medicación cura. Igual que unos antibióticos para una neumonía. Hay que dejar de catalogar negativamente a la gente que acude a este tipo de profesionales, porque son médicos que curan, que sanan, igual que si irías al dentista a curarte una infección en la boca. Nadie se avergüenza de eso, en cambio cuesta muchísimo acudir al psiquíatra, cuesta pedir ayuda, porque en general no aceptamos la posibilidad de tener una enfermedad mental, porque estamos mejor preparados para estar en contacto con el dolor físico, con una enfermedad física, que con el dolor emocional.

¿Por qué crees que ocurre esto?

Porque desde la infancia, aprendemos de alguna manera, a catalogar la tristeza, la ira, el miedo como emociones negativas, que no deberían existir y acabamos por negarlas, esconderlas, este fue mi caso, no las acepté como algo natural, no aprendí a expresarlas. También ocurre muy a menudo, que desde pequeños no queremos que los niños y niñas sufran, porque estamos ante una sociedad que vende que la vida es felicidad, así que creamos un mundo a su alrededor en el que no se les pueda hacer daño emocionalmente, que no sufran, y evidentemente nadie quiere que los niños sufran pero también estamos evitando que tengan la posibilidad aprender a superar la frustración, de aprender de sus propios errores, de desarrollar la capacidad de resiliencia al crear a su alrededor un mundo falso, irreal, una burbuja de cristal que acaba por romperse y hacerse añicos.

¿Estas hablando de la inteligencia emocional?

Pues sí. Es algo que cada vez se está introduciendo más en las aulas desde hace varios años, un avance importantísimo en la educación para prevenir problemas y enfermedades en las edades adultas o incluso en la adolescencia. La educación emocional es la forma de encontrar el equilibrio entre el autoritarismo de hace 30 años y la sobreprotección de hace unos años. Una vez oí una frase que describe a la perfección lo que significa educar emocionalmente, creo que es algo sí: “Dale a tu hijo alas para volar y un lugar para volver”, dale herramientas para la vida, para que explore, descubra, se equivoque, aprenda y un lugar al que volver.

Veo que publicar “El Sendero de una Vida” se ha convertido en un proyecto de vida.

 Yo no diría tanto, bueno no lo sé, esa es la mejor parte. Dejarse llevar por lo que venga y disfrutar del momento, aprovechar las oportunidades y subirse al tren cuando llega. Soy consciente que esta experiencia tendrá su final, pero quisiera alargarla todo lo que pueda, porque yo he recibido muchísima ayuda y me gustaría de alguna manera devolverla, una manera de contribuir con mi granito de arena. Yo sigo siendo la misma persona de fondo, divertida, curiosa, inquieta, organizada, terca, una mujer normal, pero he descubierto o he aprendido que tengo mis opiniones y son tan validas como las de los demás, que tengo algo interesante que contar, tanto de forma escrita como verbal, que tengo que luchar porque mi voz sea escuchada para ayudar a quien lo necesite.

Comentas que tienes algo que contar de forma escrita o verbal, pero sabemos que también pintas, de hecho, tienes varias obras que han sido expuestas.

Si, es otra manera de expresarme. La verdad es que yo tenía muchísimos problemas para hablar, no solo de cara al público, incluso en grupos de amigos de toda la vida me mantenía calladita, por no ponerme en ridículo o por no ser motivo de burlas, así que he sido la tímida o la borde. Pero a mi siempre me ha gustado dibujar, pintar y de hecho se me da bien. Durante la terapia psicológica me animaron a expresarme de otra manera, a dibujar sin pensar lo que estaba haciendo, después a analizar esos dibujos y a inventarme historias. De esta manera empecé a escribir, de forma terapéutica, de forma natural y tras varios años cree un pequeño manuscrito de cuentos, historias, reflexiones, para mí, como una herramienta más por si me volvía a pasar, y la Editorial Hebras de Tinta le dio un cuerpo maravilloso convirtiéndolo en lo que hoy es “El Sendero de una vida”, un precioso libro de relatos, que no solo entretiene, también te hace reflexionar.

Un pajarito nos ha dicho que allí donde vas te acompaña tu familia.

Qué chivato el pajarito, pero lleva razón. Ellos son la razón por la que estoy aquí, porque estoy viva y no tengo miedo a vivir. Yo tuve mucha suerte por tener una red de apoyo estable, que no miró hacia otro lado y se convirtieron en mis héroes personales. En concreto mi hermana que me cuido, me acompaño, me respetó sin juzgarme, pero también supo ponerme las pilas en los momentos indicados durante meses. Es algo que también digo en las presentaciones, la red de apoyo es fundamental en esta enfermedad, salva vidas y por desgracia hay gente que no solo se siente sola, sino que realmente está sola y por eso es importante que se creen redes de apoyos sociales como hacen algunas asociaciones.

Me gustaría decir que, aunque mi familia me acompaña a todas las presentaciones, charlas etc.…, hasta el punto de que creo que podrían dar ellos la charla, incluso mi amiga Idoia es una incondicional, también me acompañan muchas más personas en mi corazón. Todas aquellas que me han ayudado, que me han apoyado, todas aquellas personas que me han transmitido sus mensajes y por supuesto allí donde voy, llevo en mi mente los consejos de Paco Melero, editor de la editorial Hebras de Tinta, que hizo posible cumplir este sueño de una manera fácil, cercana y humana.

Editorial Hebras de Tinta. Tu editorial de autopublicación. Servicio de orientación. Nuestro editor, Paco Melero, te asesorará desde el primer momento para llevar a buen término y con calidad tu libro.
Paco Melero. Editor

Después de publicar un libro y exponer tus obras, después de este éxito personal y por qué no decirlo también profesional, ¿Qué le pides al futuro?, ¿qué esperas de él?

Esta es la pregunta del millón. Esta cuestión me estuvo torturando durante años, porque no sabía qué es lo que quería hacer con mi vida hasta que aprendí que el futuro es algo etéreo, no existe hasta que existe y se convierte en el presente. Así que espero todo y nada, pero sí sé que, desde ya, estoy con los ojos bien abiertos para disfrutar y aprender de lo que llegué, lucho por hacer mi propio senderito porque hay cosas que llegan por casualidad, pero otras hay que crearlas, intento no dejar pasar oportunidades y dejo de lado lo que pueda ser toxico, y cada día me recuerdo que la felicidad no es la cima sino el camino.