El precio de venta al público de un libro (PVP) está totalmente relacionado con el beneficio que pretendamos obtener de esa venta. Por lo tanto ya tenemos el principal criterio que mueve cualquier tipo de actividad comercial: el rendimiento económico.

Bien es cierto que este no ha de ser el único y que en muchos casos ni siquiera es el principal. Pero aun así, hay que tenerlo en cuenta. En la autopublicación se da en muchas ocasiones la figura del autor que busca la publicación digna de su obra y que esta llegue a los lectores. Es más, prácticamente nadie (NADIE) vive de la venta de su obra. Por su puesto, hay raras excepciones, como en todo. Un día hablaremos de los escritores mediáticos y de cómo influye esto en el asunto que nos ocupa ahora.

Por tanto, el PVP de un libro ha de ser siempre superior al coste de producción del ejemplar. A partir de ahí se puede calcular para obtener el beneficio deseado. Se ha de tener en cuenta que un precio desproporcionado hará que las ventas no se lleven a cabo, así que hay que procurar ser proporcionales.

En la autopublicación, al contrario que en la edición tradicional, el PVP de cada ejemplar ha de fijarlo el autor