Todo lo que soy está plasmado tenuemente en este libro. Soy así como es mi poesía, un conjunto de emociones que nunca descansan, una persona apasionada del arte, una filósofa de la vida que se aturde fácilmente por los pormenores cotidianos del día a día, para bien o para mal, creo que me tomo la vida muy en serio.
Algunas personas pensarán que solo soy “intensa” o que vivo sumergida en un estado de depresión constante, ya que mis poemas son en su mayoría tristes y melancólicos. Lo cierto es que sí me considero intensa, demasiado quizás. Camino por la vida sintiendo con excesivo ímpetu cada pequeña cosa, dejándome afectar por todo lo que me pasa a mí y a los demás, soy un ser hondamente sensible, puede ser… no estoy segura. De lo que sí estoy segura es de que no estoy loca. Creo que solo soy alguien que siente, pero que siente de manera desmesurada. Mi manera de sentir la vida es desbocada, no puedo ponerles freno a mis emociones, soy una entusiasta ferviente que nació para escribir, para expresarse, para decir y nunca para callarse; probablemente por ello disfruto tanto hacer periodismo.
Mi mamá siempre me incentivó a que escribiera, ella siempre ha dicho que este es mi verdadero camino, mi oficio genuino. Y yo decidí hacerle caso porque disfruto y me encanta escribir y entonces quiero pensar que ella tiene razón. No sé si mi libro guste o no, pero al menos me queda la satisfacción de poder decir sin titubeo que este libro soy yo, que me representa enteramente de principio a fin, y, por lo tanto, lo que más me motiva de publicarlo es que estoy dejando en manos de los lectores un pedazo de mí.
No hay mejor manera de conocerme que a través de este poemario. Sólo espero no causarle a nadie una mala primera impresión porque estoy segura de que después de este libro escribiré muchos más. La poesía es un arte hermosa, no debería ser menospreciada o ser considerada “menos” que otras artes. Hay que rescatarla del olvido, hay que difundirla y apreciarla. Espero que mis poemas contribuyan a eso.