María José de la Fuente Rodríguez apareció un buen día por la editorial para contarnos un proyecto que nos fascinó desde el primer instante. A sus manos llegaron unos escritos que su tío Doroteo había realizado y en los que este deslizaba, en pocas páginas, diferentes momentos de su vida. Por aquellos días Doroteo aún estaba entre nosotros, pues falleció hace unos meses. Aunque pudimos compartir con él la alegría de que tuviera un ejemplar de su libro entre las manos. Por eso, siguiendo el fluir de María José, queremos honrar su memoria devolviendo al presente aquel acontecimiento que daría con la publicación de un precioso libro: RECUERDOS DE FAMILIA. Y todo ello gracias a que convergieron personas, momentos, sensibilidades y, sobre todo, unos sentimientos enormes para que esas historias sigan vivas tras la piel que arropa su memoria para siempre. María José escribió un prólogo para esta edición. Reproducimos aquí parte de este texto para dar pie a nuestra conversación con ella: Cuando leí por primera vez sus textos supe que estos no eran solo palabras depositadas en un papel, sino que vi un valor emocionalmente incalculable en lo que estas palabras me hacían sentir. Además, como he trabajado durante años con constelaciones familiares —donde se experimenta el vínculo con nuestros familiares y antepasados— , mi corazón me decía que a través de mi tío podría llegar a conocer un poco mejor a mis ancestros.

PREGUNTA: Era el mes de julio del año 2022 cuando se publicó la obra de tu tío Doroteo, ¿podrías decirnos en unas palabras quién es tu tío?, ¿cómo vivisteis ambos ese momento?

MARÍA JOSÉ DE LA FUENTE: Mi tío era para mí la memoria familiar, los recuerdos de una familia enorme. Se acordaba de todos los cumpleaños, fechas señaladas, eventos, etc.; hablar con él era todo un aprendizaje de cómo habían vivido mis abuelos, mis bisabuelos y, sobre todo, mi padre, que era uno de sus hermanos pequeños. Escribir sus recuerdos era algo que él hacía desde mucho tiempo atrás y, francamente, nunca le había prestado mucha atención. Pero cuando me formé como consteladora familiar, y descubrí lo importante que es nuestro árbol genealógico, empecé a leer sus escritos porque me ayudaban a entender mi árbol familiar, a conocer la historia de mi familia. Así que un día le propuse editar un libro con sus escritos, me pareció una forma preciosa de honrar sus recuerdos y a la familia. A él le hizo una ilusión enorme, estaba entusiasmado.

P: En la portada del libro aparece la casa familiar donde nació el autor y sus hermanos, ¿qué te evoca al contemplarla?, ¿qué eco te produce en ese patrimonio emocional que todos atesoramos como pertenecientes a una familia?

M J F. : Mucha nostalgia, no solo porque he pasado allí muchos veranos con mis padres, y disfrutado de la compañía de mis tíos, primos y abuelos, sino también porque ahí es donde nació mi padre, creció y vivió parte de su vida antes de emigrar a Madrid. Sentir toda la energía acumulada que hay en esa casa, buena y mala, porque también hubo momentos de pesar, me reconecta con la familia, con mis orígenes, con la forma en que vivieron sus vidas mis abuelos y mi padre. Es allí donde les estoy honrando con mi propia vida.

P: Camino de los dos años desde aquella publicación, y visto con la perspectiva que dan los días, ¿qué sientes al contemplar el ejemplar donde depositaste tanta ilusión para llevar a cabo la edición?

M. J.F: Emoción, mucha, cada vez que lo leo vuelvo a emocionarme, y más ahora que ya no está mi tío, como tampoco mi padre. Me siento feliz de haber tenido la oportunidad de editar este libro con él: él se haya ido con la ilusión cumplida de haber editado una de sus historias.

P: Sabemos que eres consteladora familiar y que en muchas ocasiones has de horadar en los ancestros de las personas para comprender realidades actuales que se hunden en la trascendencia de nuestros mayores: ¿cómo encajarías esa dedicación con la experiencia de tu tío, y de la tuya misma, a la hora de contextualizar este libro?

M.J.F: Como consteladora he visto que la mayor parte de las veces los problemas que arrastramos, de pareja, con los hijos, en el trabajo, de no conocer nuestro propósito de vida e incluso de salud, suelen enlazarse con lo que les ocurrieron a nuestros padres, abuelos, bisabuelos… Construir nuestro árbol genealógico preguntando a nuestros ancestros vivos, saber quién llevó antes nuestro nombre, qué profesiones tuvieron, si hubieron vivencias traumáticas, problemas de salud, descubrir cómo vivieron sus vidas, nos ayuda a saber quiénes somos y por qué actuamos como lo hacemos ante la vida. Al escribir este libro mi tío expresó en palabras su vida y al animarle a editarlo yo sentí que honraba a mi familia, que le daba su lugar al reconocer que sus miembros fueron antes que yo y que sus vidas fueron necesarias para que yo pudiera existir.

P: Y para terminar, ¿crees que puede ser no solo un bonito regalo, sino una satisfacción compartida, el hecho de atesorar una parte de la historia familiar para los miembros venideros y que no se pierda en el olvido?

M:J:F: Me parece que es un regalo maravilloso poder dejar a nuestros hijos la historia familiar en un libro. Y no solo por conocer los datos, nombres, fechas de nacimientos, ciudad donde vivieron, etc., sino también por saber quiénes fueron nuestros ancestros, cómo vivieron nuestros abuelos, bisabuelos y, en especial, nuestros padres. Todo ello nos permite saber más de nosotros mismos y así, al conocernos mejor, tener la oportunidad de cambiar aquello que no nos hace felices. Escribir la historia familiar nos permite dar reconocimiento a la vida de nuestros padres, abuelos, ancestros, que nuestros hijos puedan conocer cómo era la familia que le ha transmitido la vida.

Creemos que puede ser de interés dejar los datos de nuestra invitada, pues no solo está dedicada a las terapias personales a partir de las constelaciones, también organiza talleres grupales en Madrid:

María José de la Fuente Rodríguez

Correo: mejoratusvinculosafectivos@gmail.com

Instagram: @constelacionesflorales