Isabel Palacios, autora y alma especial, ha compartido con esta editorial sus pensamientos y reflexiones a propósito de la publicación de su nueva obra Viaje a la India.
Hace unas semanas os contamos nuestra ilusión por este nuevo trabajo de Isabel Palacios y la belleza de sus palabras. Hoy nos apetecía que fuera ella misma la que nos hablaras un poco más de Viaje a la India, ya que nos ha despertado curiosidad y emoción a partes iguales. Le hemos preguntado y nos ha respondido encantada.
Muchos autores nos hablan de la India como lugar de espiritualidad y magia, ¿qué significa para ti la India?
La India significa transformación a través de la Iluminación.
La India fue el lugar donde Gautama Buddha alcanzó la iluminación. Eso no significa que, si no vas a ir a la India, no puedes iluminarte, pero sí que es cierto que es un país en él lo que ves, lo que oyes, lo que hueles, lo que saboreas, en definitiva, todo lo que experimentas, te lleva a enfrentarte a las partes más oscuras de tu ser, aquellas que no quieres ver y guardas en el cajón oscuro del subconsciente. Y cuando te enfrentas a a la oscuridad de tu ser, y en vez de luchar o negarla, te entregas a ella, de repente surge la luz, tu luz.
«Cada uno hace el viaje a su manera y aunque, en apariencia, estás haciendo el mismo viaje, cada uno lo vive de forma diferente y recibe las lecciones necesarias para su crecimiento».
En tu anterior título, Diario de vida y sueños. Un viaje al país de los maestros, nos hablaste del viaje como fuente de transformación, ¿cómo te ha transformado este viaje a la India?
La India me hizo enfrentarme a aquellas cosas que estaban dentro de mi y que no quería ver. Cuando les comentaba a mis amigos que me iba a la India de viaje espiritual, decía «A lo mejor me ilumino y no vuelvo, jajaja». Lo decía de broma, ya que sabía que eso no iba a suceder y que a mi vuelta mi conciencia seguiría dormida y sumergida en el sueño de matrix. Pero lo cierto es que sí pude darme cuenta de que la India disipó muchos de mis nubarrones, de mi oscuridad.
Y observé que el resto de personas con las que fui también experimentaron lo mismo. Cada uno hace el viaje a su manera y aunque, en apariencia, estás haciendo el mismo viaje, cada uno lo vive de forma diferente y recibe las lecciones necesarias para su crecimiento.
En mi caso, al volver, me di cuenta de las cosas que tenía que mejorar y, sobre todo, las acciones que tenía que llevar a cabo para aproximarme más a mi verdadero ser. Me di cuenta de que tenía que cuidarme más a nivel físico, aprender a controlar algunas de mis emociones y, sobre todo, poner en marcha mi proyecto profesional. Fueron “pequeñas iluminaciones” pequeños “darse cuentas” que me trajeron grandes resultados. No hay que subestimar el valor de las pequeñas decisiones porque son las que a menudo nos conducen a manifestar la vida que realmente deseas vivir.
En tus obras tratas el tema de lugares con una energía y vibración especial, ¿qué se necesita para llegar a ellos?
¡Superar las pruebas!
De eso hablo mucho en mi primera novela, donde me di cuenta de las pruebas que hay que superar cada vez que vamos a hacer un viaje o queremos vivir una experiencia en nuestra vida que va a suponer una expansión de nuestra conciencia. Estas pruebas se nos presentan para ver si estamos realmente comprometidos con lo que deseamos, para ver si realmente estamos dispuestos a dejar atrás las circunstancias y los patrones de comportamiento que ya no nos hacen bien y elevar nuestra vida a un nivel superior. El universo nunca te va a dar algo que no estás dispuesto a recibir con los brazos abiertos de par en par y para eso tenemos que salir de nuestra zona de confort y enfrentarnos a aquello que nos da miedo. Somos muy comodones y queremos que nuestra vida cambie, sin cambiar nosotros y las cosas no funcionan así. Por eso, el universo, antes de hacer un viaje espiritual o de tener una vivencia que va a suponer una expansión de tu conciencia, te pone a prueba. Hay varios tipos de pruebas de las que hablo cada vez que presento mi novela ya que me parece muy importante entender que lo que parece un obstáculo en realidad es una prueba, y no hay que tirar la toalla, sino simplemente recordar el compromiso con aquello que has decidido hacer, ya sea tu viaje, u otra experiencia significativa, y seguir adelante.
¿Cómo puede ayudarnos en nuestra vida un viaje espiritual?
Un viaje es una herramienta de transformación muy potente, pero para ello tienes que estar totalmente dispuesto a abrir tu corazón de par en par y a permitir que el viaje te impregne. Puedes irte a la otra punta del mundo, aislarte en una montaña, conocer al gurú de los gurús, hacer las prácticas espirituales más poderosas, pero si realmente no estas dispuesto a transformarte, no te servirá de nada. Tu libre albedrío está por encima de todo, y Dios y tus guías lo respetan siempre. En apariencia puedes ser muy espiritual, pero si por dentro sigues aferrado a tus miedos, pues no hay nada que hacer.
Los viajes espirituales solo funcionan cuando tienes una actitud de humildad y reconoces que hay cosas en ti que hay que cambiar. Una vez las reconoces, tienes que entregárselas a Dios, o a quien sea que creas, y pedir honestamente que las transformaciones se den en ti. Tienes que observarte bien, mirar hacia adentro y pedir lo que necesites para ti mismo: Puede ser perdón, paz, valor, amor hacia ti mismo, fe, seguridad etc. Cada uno debe examinarse, y después poner la intención para que el viaje te lleve a vivir las experiencias que necesitas para liberarte de aquello que te limita y a la vez, llenarte de aquello que te enriquece y fortalece tu espíritu.
Una vez regreses del viaje, observa qué decisiones quieres tomar, pueden ser decisiones grandes del tipo «dejo mi trabajo», o «me mudo a otro lugar», o decisiones pequeñas, como «me quiero apuntar a clases de cocina», o aprender a bucear, ¡lo que sea! Eso es tu Ser Superior indicándote los pasos que debes dar para manifestar tu esencia con todo su esplendor.
Los viajes espirituales te ayudan soltar tus lastres y a expandir tus alas para que te vueles tan alto como desees. No hay más limites que los que tus miedos te digan. Cuando haces un viaje espiritual de verdad, te das cuenta de que tus miedos no eran más que simples pensamientos y que a medida que vas cogiendo confianza en tus alas y en tu capacidad para volar, te sentirás más autorrealizado, más pleno, más dichoso.
Ya habías publicado antes con la editorial Hebras de Tinta, ¿cómo ha sido la experiencia hasta ahora?
Reconfortante y muy satisfactoria. Cuando nunca has escrito y entregas un manuscrito por primera vez te surgen las inseguridades, o al menos a mí me pasó eso. Pero gracias a Paco la verdad es que me di cuenta de que no había nada de lo que preocuparme pues desde el primer momento supe que había “topado” con un editor que tenia la sensibilidad suficiente como para entender la historia y empatizar con ella, más allá de los fallos que pudiera cometer como autora en pañales. Y así fue. Paco me acompañó durante todo el proceso y pulió mi narración respetando su esencia y haciendo los ajustes necesarios para que la lectura fuera fluida y realmente el lector se olvidase que estaba leyendo y se metiese en el viaje. De hecho todas las personas que han leído mi primera novela han dicho “Era como estar allí mismo, como si hubiese hecho el viaje contigo” Y eso también se lo debo a Hebras de Tinta y a mi querido Paco.
Por eso, digo con confianza a todos aquellos autores que deseen publicar, que no duden en poner sus preciados manuscritos en manos de esta casa porque sé que serán bien acogidos y orientados con éxito hacia la publicación, el logro que todos los autores deseamos experimentar.
Me ha gustado la entrevista. Con lo joven que eres y ya parece que has hecho un viaje muy largo.
Que sigas caminando con la misma luz.