En estas líneas vamos a tratar de reflexionar, de una manera profesional, sobre las dudas que asaltan a escritores y escritoras a la hora de plantearse autopublicar sus obras. Es un tema tan amplio como interesante, por lo que aquí trazaremos unas líneas generales sobre el principio de todo: la calidad literaria del manuscrito.

Las dudas sobre la calidad de su manuscrito

En numerosas ocasionas, casi todas, los autores viven el interrogante inicial de si el texto que han escrito tiene calidad suficiente para ser publicado, si puede interesar a los lectores, qué repercusión literaria puede albergar o si llegará a tener alguna incidencia comercial posteriormente a su publicación.

Cuando un escritor nos muestra estas dudas, lógicas y naturales en todo aquel o aquella con afán de superación, y para salir de dudas, lo que nuestro editor pide siempre es que nos envíen el manuscrito al correo electrónico de la editorial para que lo podamos revisar y tener una opinión de primera mano. Cuando el escritor llega hasta aquí, lo usual es que ya lo hayan leído en su círculo cercano; pero los autores quieren escuchar una voz profesional de la edición.

En la editorial Hebras de Tinta somos muy meticulosos con el respeto que TODO manuscrito merece, pues contiene talento, ilusión, esfuerzo y disciplina (además de una enorme carga emocional).

Somos conscientes de ello y actuamos en consecuencia. Por eso, siempre pedimos un tiempo prudencial para que podamos hacer esta revisión con tranquilidad, con sosiego, con profesionalidad y con dignidad. En la editorial Hebras de Tinta no podemos comprender cómo en ocasiones (según nos cuentan los propios escritores cuando les contamos nuestra forma de trabajar), envían sus manuscritos a alguna editorial de autopublicación y a la media hora tienen la valoración de un manuscrito de doscientas páginas y además les envían un diseño de portada. Sencillamente eso es imposible, a no ser que se haga con comentarios corta-pega y con plantillas precocinadas y totalmente inconexas de la obra literaria escrita.

De hecho, en una buena edición, todos los elementos que la componen han de tener coherencia para que sea una sola pieza y no trazos de plantillas pegados entre sí. Se nota mucho cuando esto ocurre.

Por eso es importante que el autor reciba tanto las buenas noticias que le pueda dar el editor al revisar su obra, como también las noticias menos buenas. Por ejemplo, nuestra editorial ha dejado de publicar una cantidad ingente de novelas porque el autor no entendió que su obra necesitaba una revisión ortográfica. Hebras de Tinta es, de hecho, una rareza en la autopublicación, pues preferimos no publicar una obra sin corregir antes que abaratar la tarifa de edición y ganar un cliente. Una edición con demasiados errores ortográficos es una edición defectuosa, pues el lector está pagando por palabras y estas deben estar bien escritas.

Así es la manera en que un autor puede salir de sus dudas acerca de la calidad literaria de su obra, contando con un editor que haga bien su trabajo y revise el manuscrito con profesionalidad. Nuestro editor comenta muchas veces que en ocasiones se encuentra buenas historias escritas de manera incorrecta, como también malas historias escritas de forma correcta. Esa es la labor del editor en el proceso de edición, que una novela, un poemario, un ensayo o un cuento infantil se convierta en una buena historia y que esté publicada de forma correcta en una buena edición.

El talento de un manuscrito reside en muchos puntos que hay que unir. Puede que alguno sea mejorable, pero con un buen proceso de edición todo eso puede solventarse con trabajo e ilusión.

Después de haber escrito un manuscrito, el autor merece todo el respeto hacia su trabajo y que la editorial que lo publique ponga toda la profesionalidad al servicio de una edición de calidad.