Valoración previa de la obra. Un paso imprescindible que escasea en la autoedición

Cuando un autor entabla contacto con una editorial de autoedición para poner en marcha la publicación de una obra, lo primero que ha de hacer la editorial es pedir el manuscrito que se quiere publicar o al menos una muestra del mismo. Esto es importante por dos razones:

  1. Porque es imposible hablar con propiedad sobre la realización de un proyecto sin conocer de manera general al menos la materia prima de dicho proyecto.
  2. Porque si se da un presupuesto estándar para una publicación sin conocer el manuscrito y luego resulta que lleva más trabajo del que se pensaba, muy probablemente ese trabajo no se haga para no entrar en conflicto con el autor.

Protocolo utilizado en la editorial Hebras de Tinta

Nuestro editor es incansable en esta cuestión, la de pedir el manuscrito antes de hacer un presupuesto: primero la literatura y después la actividad económica que esta puede generar (y es legítimo que genere).

Cuando a la editorial Hebras de Tinta llega un manuscrito para su autopublicación se hace una valoración de calidad, que no es otra cosa que una revisión literaria: coherencia, trama, estilo, ortografía. Es decir, mirar el manuscrito desde cuatro vertientes imprescindibles:

  1. Lingüística
  2. Semántica
  3. Gramatical
  4. Ortográfica

Hay un quinto aspecto que se verá posteriormente pero que no por ello deja de ser importante: la revisión tipográfica (medidas, fuentes de letra, tamaños, cursivas, tipos de guionado, ordenación de planos de texto, etc.

Cuando se hace un presupuesto a ciegas, es imposible saber cuáles de estos parámetros hay que cubrir y cuáles han de estar cubiertos en el presupuesto. Por tanto, no tener esto en cuenta es un paso seguro a una edición sin calidad profesional de publicación.

Es importante saber del editor que da el presupuesto cuáles de estas cuestiones están cubiertas y cuáles no y con qué criterio, si económico para ser competitivos o literario.

Una vez recibido el MANUSCRITO ORIGINAL en la editorial

Lo primero que se hace es una exhaustiva VALORACIÓN DEL TRATAMIENTO EDITORIAL, es decir, un análisis técnico de las necesidades de edición del manuscrito de cara a generar los recursos que el texto necesita para convertirse, mediante ese proceso, en una obra publicada.

Lo habitual es que el manuscrito se reciba en soporte electrónico (aunque hay autores que aún lo entregan en papel, muy pocos ya. En este caso hay que picar el texto con mucho cuidado para no omitir ninguna parte).