María Gardón Aragón es la autora de La hormiga perdida, un cuento que está a punto de ver la luz; esta misma semana lo enviamos a imprenta y muy pronto os podréis hacer con un ejemplar a través de nuestra página web. La de Fina es una historia de valentía que esconde un mensaje de superación. Así lo define su autora, a la que hemos entrevistado.

Este es tu primer libro publicado, pero ¿desde cuándo te interesa la escritura?

Primero fue la lectura lo que en realidad me interesó. Me encantaba que me leyeran cuentos. Mi abuela materna y mi madre me leían muchos. Cuando aprendí a leer era una lectora incansable, hasta que luego empecé a escribir cuentos cortos inventados por mí.

Me interesa la escritura desde que era una niña. Cuando estaba en el colegio de primaria destaqué en esta destreza y gané varias veces el concurso al mejor cuento. Estos concursos se celebraban casi siempre al final del primer trimestre, con el tema Cuento de Navidad.

También escribía cuando me sentía sola, triste, agobiada por algo o por el contrario estaba muy feliz y tenía que dejar por escrito los motivos de mi felicidad. Al escribir me sentía libre, para mí era como una terapia. Solía tener un diario y en él escribía cómo me había ido el día.

Desde los 7 años tenía claro qué quería ser de mayor. Mi deseo era ser maestra. Cuando llegó el momento de elegir qué carrera iba a estudiar, yo ya tenía clara mi elección: Magisterio.

Estudié Magisterio por la especialidad de Inglés y terminé mi carrera en el año 2008. Este fue un año muy duro para mí porque aunque terminé mi carrera, recibí la enhorabuena de muchas personas y obtuve el orgullo de mi familia, ese año perdí a mi abuela materna, mi fan número uno. Ella siempre creyó en mí, en mis posibilidades, y siempre tuvo claro que cumpliría todos mis sueños. Mi abuela materna me leía cuentos desde que yo era muy pequeña y me recitaba poemas que ella misma se inventaba.

En el año 2011 empecé a trabajar por primera vez en un colegio público de primaria. Aquel año, 2011, comenzó siendo muy especial. El 7 de enero de 2011 me convertí en madre, yo tenía 26 años y muchísimos sueños por delante. Al mes y medio de nacer mi hija me llamaron para cubrir una sustitución en Alhendín (Granada). Sin dudarlo, acepté con una gran ilusión mi primer trabajo en la escuela pública de primaria. Nunca olvidaré mi primer día de trabajo. La primera sustitución fue muy corta, duró 3 días. La segunda sustitución comenzó el 14/3/11 y duró hasta final de curso. Esos meses en un colegio de Roquetas de Mar (Almería) fueron increíbles, disfruté muchísimo.

Además de impartir clases de inglés, también era la maestra de lengua, matemáticas, conocimiento del medio y plástica. Yo era la tutora de un segundo de primaria y para sembrar en mis primeros alumnos las ganas y la curiosidad por la lectura y la escritura, entre todos escribieron un cuento viajero. Este cuento consistía en que cada alumno por orden de lista escribía un parrafito y el niño siguiente se leía el parrafito escrito por su compañero y de manera coherente iba siguiendo la historia. Al pasar el escrito por todos los alumnos obteníamos un cuento grupal realizado entre todos. Luego hacíamos copias y cada alumno se llevaba el cuento para su casa, de recuerdo. Fue tan buena la idea y tuvo tanto éxito que esto lo repito cada curso con mis alumnos en el área de lengua. Y… digo cada curso puesto que fue también en el año 2011 cuando aprobé las oposiciones, me saqué mi plaza y me hice funcionaria. Desde entonces no he dejado de trabajar en esta bendita profesión que me apasiona y con la que disfruto tanto.

En mayo de este año me tuve que operar y diremos que aprovechando el post-operatorio he tenido tiempo de pasar a limpio este cuento que estaba ya en mi cabeza y en unas hojas, en plan boceto.

¿De dónde vino el impulso creativo que te llevó a escribir La hormiga perdida?

Una noche como cualquier otra, mis hijas me pidieron que les leyera un cuento y estaba tan cansada que por no ir a la estantería a coger uno, decidí inventármelo. El cuento les gustó mucho a mis hijas y las noches posteriores me pedían que se lo volviera a contar.

En realidad me inspiré en ellas para escribir este cuento. Mi hija pequeña, María, es muy revoltosa y se me despistó un día de verano en la playa La Barrosa (Chiclana), que es donde yo vivo.Experimenté durante unos seis minutos una situación que no se la deseo a ninguna madre. De ahí el título de mi libro, La hormiga perdida. Mi familia, al igual que la familia de Fina, también es una familia de seis miembros. Aunque somos más en la familia, siempre estamos juntos los seis: mis dos hijas, mi marido, mis padres y yo. Yo soy hija única y no tengo hermanos ni hermanas. Los demás detalles del cuento también tienen su inspiración en otros acontecimientos.

Por ejemplo, el primer final es el resultado ideal para cualquier situación, es el deseado porque es verdad que hay veces en la vida que se cumple lo que deseamos.

El segundo final es para demostrar que cambiando de perspectiva, es decir, mirando desde otro prisma, también se puede ser feliz. Mi padre siempre me dice que en la vida hay que tener un plan A, un plan B y hasta un plan C, D, E…, por si el primer plan nos falla, no darnos por vencidos e ir a por otro plan, siempre luchando.

Es verdad que yo soy una persona que me considero luchadora y perseverante; pero también es verdad que hay veces que, si algo no se puede conseguir o no obtenemos los resultados esperados, hay que resignarse y buscar otras soluciones.

Con el tercer final quiero dar un mensaje de fortaleza, de superación y de saber afrontar los miedos. Un niño no puede estar inmerso en un mundo de fantasía continuo porque, al final, cuando se hace mayor, se da cuenta de que la vida no es fantasía y se frustra con facilidad. La vida tiene sus luces y sus sombras, sus momentos buenos y sus momentos no tan buenos. Nosotros, los adultos, debemos preparar al niño para la vida. Ellos son el futuro y tanto de los padres como de los maestros depende ese futuro.

Me considero como las manos de un alfarero, porque soy maestra y madre y por esta razón tengo en mis manos el poder, el deber y la obligación de dar forma y ejemplo a los niños, que son el futuro, los hombres y las mujeres del mañana.

Háblanos sobre el cuento: ¿qué mensaje quieres transmitir con la historia de Fina?

Quiero transmitir que hay que obedecer a los padres, puesto nos dan buenos consejos. También quiero transmitir que ante las adversidades de la vida hay que luchar. Con eso de los tres finales quiero dar a entender que en la vida todo no se puede programar y que a veces hay que cambiar la perspectiva con la que se ven las cosas.

También quiero dar un mensaje de esperanza ante las adversidades de la vida. Fina no se rinde nunca y siempre trata de buscar soluciones para cada uno de sus problemas.

Me gustaría destacar también que en el cuento se hace un guiño a la importancia de la lectura y la escritura. Fina busca lápiz y papel y escribe su cartel y de esta manera se comunica con todos.

Cubierta de La hormiga perdida, el cuento de María Gardón Aragón

¿Cómo estás viviendo el proceso de edición y publicación de tu cuento?

Con mucha ilusión y muchas ganas. No será el único cuento que escriba. Francisco Melero Lara (Paco) me ha estado ayudando desde el primer minuto. Él siempre ha estado resolviendo todas mis dudas. Me he sentido muy bien atendida, me ha ayudado con sus consejos y con su buen hacer. Es todo un profesional.

Cada vez que se publica en las redes sociales algún adelanto de mi cuento tengo un aluvión de mensajes y llamadas que me hacen muy feliz y me llenan de orgullo.

¿Por qué te decidiste por la autopublicación literaria? ¿Está cumpliendo tus expectativas este método de publicación?

Me decidí por la autopublicación porque un amigo me habló de la editorial Hebras de Tinta. Me comentó que había publicado un libro en esa editorial y que estaba muy contento.

Me pareció una idea genial y pensé que cualquier día podría ser yo la que publicara. Mi amigo Luis Miguel Castaño me dijo que me animara y que publicara con vosotros.

La verdad es que la autopublicación está cumpliendo con todas mis expectativas y estoy deseando tener en las manos mi libro. Sois un buen equipo y estoy encantada de haber dado el paso de autopublicar.

¿Qué te gustaría que pasara cuando La hormiga perdida esté ya publicada?

Me gustaría sorprender a mi familia y a mis conocidos. Pero sobre todo motivar a mis alumnos, que ellos estuvieran orgullosos de su maestra y a la vez provocar en ellos la curiosidad y el placer por escribir.

Últimamente hay muchos influencers y cualquier niño tiene acceso a internet y se puede dejar llevar por cualquier persona, famosa o no. No veo bien que un niño o niña sienta admiración por personas que se ganan la vida contando su día a día por las redes sociales, porque ahí no veo esfuerzo ninguno. Yo, desde mi humilde opinión, creo que si para ellos fuera una influencer”, pues la verdad que en mí podrían ver el afán de superación.

Mi familia es una familia humilde en la que nunca ha faltado nada, pero tampoco ha sobrado. Mis padres no tienen carrera ni grandes estudios. Todo esto se lo cuento siempre a mis alumnos porque me llena de orgullo decir que mi padre es albañil y mi madre carnicera y que uno puede lograr lo que se proponga siempre y cuando luche de manera incansable por conseguirlo. Quiero que ellos se esfuercen y vean que a mí no me han regalado nada, pero que aún así he podido lograr mi sueño.

Nunca dejo que mis alumnos se desanimen o se desmotiven. Siempre les hago saber lo mucho que valen.

Esta meta de escribir un libro me la puse hace tiempo (en el año 2016), pero nunca me puse manos a la obra. La verdad es que me he sorprendido a mí misma.

Me gustaría vender muchos cuentos y que a los niños les gustara, me pondría muy contenta si eso sucediera.

¿Cuáles son tus próximos proyectos literarios?

Pues tengo en mente dos nuevos proyectos literarios. Uno es un cuento infantil del estilo de la hormiga Fina y el otro es para niños más mayorcitos y en él trataré problemas actuales. Ya tengo pensados los títulos y todo.