Descripción
Haz la compra, recoge la colada, ordena la casa, haz la comida para los niños y llévalos al colegio, llama a tus padres. ¡Estoy agotada! Y encima el muy cretino de mi exmarido no para de torturarme con sus llamadas y mensajes. Tengo la cabeza en mil sitios y no tengo ni un minuto para mí. Si al menos no tuviera la irrefrenable necesidad de gritar que me dejen en paz cada vez que alguien me habla… Sin embargo, conocí hace poco a la hermana de una de las madres con las que hablo en la puerta del colegio del niño y me ha invitado a salir, a ver si así consigo disfrutar un poco de mí misma y de la vida…
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