Descripción
En el avión de vuelta ya no pensaba en el pattinatore, ni en Marco Scano, sino en Tony Ortiz y una foto suya, una foto con un jersey a rayas rojas que no le hacía justicia o quizá le hacía mucha (…) En color o en blanco y negro, cada recorte fotográfico de aquellos boxeadores tenía mucho de misterio, de historia no contada. Había algo de cine negro en eso, pienso ahora. En aquellas fotos todo era literatura, porque viéndolas teníamos la certeza de que no había un claro ganador ni un vencedor ni un derrotado. Estábamos ante un gran reto: adivinar qué es lo que había ocurrido, o mejor aún, idearlo. A partir de esos simulacros se hace literatura y yo he tenido la excusa perfecta para, sin ser un entendido, curiosear en los entretelones del boxeo español de una época
Carlos R. –
Excelente libro