Compartimos con nuestros lectores estos fragmentos del nuevo libro de la escritora Isabel Palacios Puerta, que saldrá a la luz en pocas semanas. De principio a fin, este libro recorre el viaje que la autora realizó a la India. En sus páginas no solo cuenta maravillosos itinerarios, sino lo que vio, como llegó hasta allí, como se sintió y la impronta que ha dejado todo en su vida para siempre. Para los amantes de la India y sus religiones, para conocer detalles que no aparecerán en ninguna guía de turismo, para ver la India con unos ojos cercanos, apasionados y realistas… VIAJE A LA INDIA.

Esta escritora ya publicó en la editorial Hebras de Tinta su primer libro, DIARIO DE VIDA Y SUEÑOS. VIAJE AL PAÍS DE LOS MAESTROS (enero de 2017)

Itinerario 1

Madrid

Me gusta escuchar la radio en el coche por las mañanas, siendo este uno de los pocos momentos del día en que de verdad sonrío. Las noticias y los comentarios de humor de los locu­tores alivian la presión que siento en el pecho, siendo consciente de todo eso a lo que me he de enfrentar: a otro día más, a un trabajo que aborrezco…

Parados en el interior de un «túnel» mientras los coches empiezan a avanzar de nuevo, lentamente al principio y con más fluidez, parece que salimos de allí. Pero miro el rostro de otros conductores y lo que veo es gente seria con miradas ausentes. ¿En qué estarán pensado? —me pre­gunto—, nadie parece feliz, ni siquiera contento.

Son las nueve menos cuarto de la mañana, una hora a la que yo llamo zombie, ese intervalo de tiempo en que las personas salimos de nuestras casas rumbo al trabajo. Aquí nos encontramos físicamente, despiertos gracias a la cafeína, pero completamente dormidos en el plano espiritual; anestesiados por la rutina, programados con pensa­mientos ejecutores de acciones previsibles de todo lo que será nuestra «jornada diaria»: ni sabemos qué nos pasa ni cómo nos sentimos, pues las únicas sensaciones que nos permitimos sentir son las de frío o ca­lor, las de estar más o menos cansados.

Itinerario 12

Sarnath-Benarés

Última etapa budista de nuestro viaje por la India. Así lo indicaba el itinerario y así lo vivía yo en mi mente para simplificar y separar la etapa que terminábamos y aquella que íbamos a comenzar. La mente siempre trata de poner todo en cajitas, etiquetar experiencias y personas, medir distancias y tiempos con el fin de planificar, de tener la sensación de que está todo controlado. Pero eso es tan solo una sensación, una falacia que creamos para tener seguridad y aliviar la incertidumbre y el miedo a lo desconocido. Todo el viaje que habíamos hecho hasta ahora no desaparecía como por arte de magia, sino todo lo contrario. La burbuja de paz y sosiego de los lugares budistas se iba a romper con la misma rapidez y fragilidad con la que se rompe una pompa de jabón en el viento. Si queríamos conservar el estado de paz e imperturbabilidad que habíamos experimentado en esos santos lugares, a partir de ahora tendríamos que soplar, crear esa burbuja y meternos dentro de ella por nosotros mismos.

Tras un largo día de viaje en nuestra segunda casa, el minibús, llegábamos a la ciudad sagrada por excelencia de la India, así como una de las más importantes por su espiritualidad a nivel mundial: Benarés. ¡Por fin estaba en Benarés!