Con la portada de su libro recién salida del horno, nos acercamos a Silvana Lameiro, escritora de raíces y alas, para que nos hable un poco más de sí misma y de esta nueva obra Bukowski en las tripas.

En tu obra hay varios relatos, ¿hay un hilo conductor que los relacione?

A simple lectura (vista) no, pero creo que el hilo conductor que los une es mi voz como narradora, mi estilo que creo que es muy reconocible y que los personajes de los relatos más potentes o importantes para mí los protagonizan mujeres en proceso de reconstrucción vital, fuertes y  vulnerables a la vez y peculiares también.

¿Por qué elegiste el título Bukowski en las tripas? ¿Qué significa para ti el poeta Charles Bukowski?

El título lo escogió Marta Vega [editora, maquetadora y diseñadora en la editorial Hebras de Tinta], le gustó mucho y a mí me pareció muy significativo porque fue el primer relato que me publicaron online.  Es muy yo, macarra y literario a la vez. 

Cuando era más jovencita hubo una época en la que encadené títulos de Bukowski: Factótum, Escritos de un viejo indecente, Cartero, Hollywood, La senda del perdedor; por los  temas sobre los que escribía me resultaba muy apetecible a esa edad. El alcohol también estuvo muy presente en mi vida; «estuvo», en pasado, afortunadamente. Como poeta lo descubrí años más tarde y el poema: ¿Así que quieres ser escritor? define muy bien mi posición vital como persona y como escritora: visceralidad a gogó. En las adaptaciones cinematográficas,  Mickey Rourke en El borracho y Matt Dillon en Factótum crean a un Chinaski bastante digno.

Sabemos que eres una gran amante de la literatura, ¿Qué autores crees que más te han influido en tus textos?

Pues aunque no lo parezca por mi forma de escribir, mi favorita, a la que releo sin parar es Jane Austen igual que a Isabel Allende, García Márquez, Dickens; Eugenia Grandet de Balzac, El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde,  Los Gozos y las sombras de Torrente Ballester, Sostiene Pereira de Tabucchi, Las Amistades Peligrosas de Choderlos de Laclos, Suave es la noche de Scott FitzGerald, Jane Eyre de Charlotte Brontë y aunque es una autor denostado hoy en día La Colmena de Cela me gusta muchísimo. Me apasionan  también la Pardo Bazán, Edith Wharton, Carlos Fuentes, Cortázar, Maupassant, Agatha Christie, Ana María Matute,  Antonio Gamoneda, Rilke y aunque a la poesía llegué más tarde en el instituto ya me hacía ojitos  Bécquer y alucinaba  con los lugares nuevos que me hacían entrever Lorca y Manuel Antonio. En realidad, tengo tantas influencias que este ha sido un ejercicio de síntesis brutal.

¿Estás pensando ya en algún nuevo proyecto literario?

Estoy aún con la promoción de A cuatro voces, libro ilustrado del que soy coautora, el 13 de febrero se inaugura una exposición multidisciplinar en la que colaboro con tres textos, Des-facendo o xénero (a través da arte) en la casa do Cabido. Estoy trabajando en un poemario, ya casi listo; una novela corta que aún está en borrador, una novela epistolar ilustrada y  un blog con pseudónimo con el que aún no sé qué hacer y en varios relatos para otro libro. Escribo a diario, con lo cual tengo mucho material en la recámara.

Llevas ya unas semanas trabajando con la editorial Hebras de Tinta. ¿Cómo está siendo el proceso de edición hasta ahora?

Hasta ahora ha sido una gozada, me siento como una escritora valorada y escuchada. Paco Melero es genial y tiene un sentido del humor parecido al mío, siempre está al otro lado para dudas y hasta para lamentos de escritora insegura. Marta Vega ha hecho una portada alucinante, llena de los matices que se encuentran escarbando en Bukowski en las tripas. Estoy encantada con Hebras de Tinta.