Nuestras escritoras Ana María, Begoña y Amelita responden a las preguntas que le hacemos, interesados en conocer más a fondo la obra que están editando en Hebras de Tinta. Para nosotros es todo un placer esta conversación, pues ahora nos sentimos aún más cercanos a estas mujeres valientes, atrevidas y… ¡escritoras!

¿Cuáles fueron vuestros comienzos en la escritura, alguna vez os planteasteis la letra escrita como medio de expresión hacia los demás?

Ana María: No, sinceramente, jamás había pasado por mi cabeza dicha posibilidad.

Amelita: Yo soy una gran lectora (hoy con menos tiempo), de ahí nació mi interés en la escritura. Además, soy integrante del Grupo Amigos de las Letras, que está a punto de cumplir 24 años de existencia.

Begoña: Me gusta mucho leer, siempre me ha gustado y ello me lleva a mi interés por escribir, aunque de forma aficionada, claro. He participado en algún taller de escritura y he disfrutado y aprendido  mucho, pero hasta ahora no me había planteado hacerlo de esta forma.

¿Cómo surgió la idea de escribir Fibromialgia, mi gran amiga? ¿Cómo se realizó el “contagio” de ilusión por este proyecto de una autora a otra?

Ana María: Realmente fue Begoña la promotora de esta experiencia. Y como todo los buenos proyecto, surgió de la vida y de una comida compartida. Ella me propuso escribir sobre técnicas de ventas, contando experiencias y basándonos en todo lo que podemos adelantar en esta actividad cuando empatizamos con nuestros futuros clientes. La idea me sedujo bastante y, sin pensarlo ni un momento, cogí el  guante y me puse a ello. Pero… después de unos pocos escritos, sentí que no era sobre este tema en el que yo tenía que escribir, ya que tenía una experiencia más importante y más valiosa para compartir; se lo comenté, le pareció bien y así empezamos esta andadura. En lo personal, creo que muchas “recetas» que viene plasmadas en este libro se pueden aplicar en distintas facetas de la vida.

Amelita: Compartiendo mis escritos con Ana María, me comentó que Begoña también escribía. Luego supe que había surgido lo del libro y, para gran sorpresa, me invitaron a ser parte.

Begoña: Ana María lo cuenta muy bien. Yo la propuse un tema en el que ella también tenía mucha experiencia y este derivó en el que ahora nos ocupa, que surgió de una forma natural y espontánea. Y sí, surgió en una comida de las muchas que hemos compartido.

¿Cómo fue la aparición de Amelita en esta historia?

Ana María: Amelita aparece en mi vida de una forma casi mágica, pasados quince años después de haber recibido ella una carta en la que alguien le comunicaba que mi padre había muerto. Quince años después, como digo, revolviendo unos papeles, ella encontró esta carta y sintió la necesidad de comunicarse. Realmente es una historia de magia y de emociones. Realmente esto da para otro relato.

Amelita: Yo aparezco como lo cuenta Ana María, y es una historia en la que estoy “trabajando”. La magia de la vida y mi eterno agradecimiento al abuelo Juan, a Pancho y a José Luis…

Begoña: Es una historia realmente mágica y yo diría que llena de elementos propios de una novela de misterio.

No ha debido ser siempre fácil la escritura de un libro entre varias manos, y con la participación de una tercera persona que reside en Argentina y a la que apenas conocéis ¿Cómo os habéis organizado para escribir el libro juntas?

Ana María: Pues mira, te diré que fácil no… fue FACILÍSIMO. En verdad, con Amelita nos pusimos cara en noviembre del 2018, yo decidí viajar a Argentina (hacia 8 años que no lo hacía). Cuando la vi, y los días que transcurrimos juntas, ambas coincidimos que fue como si nos conociéramos de toda la vida. Previo a vernos físicamente nos llamábamos a diario, nos presentábamos con nuestras vivencias y después de cada charla Amelita me mandaba  unos bellos escritos. En ellos me reflejaba y ellos reflejaban mis sentimientos más profundos. Como veréis, no hizo falta forzar nada, todo fluyó de forma especial, sin planteamientos previos y desde lo más profundo del corazón. Con Begoña, aunque es distinta la historia, también se cruzaron nuestros caminos de forma casi mágica y de la mano de una amiga en común, Isabel, terapeuta de Shiatsu, que también nos cuenta cositas de su experiencia en este libro. Y como digo en una parte del libro, Begoña es un «pequeño duende» que tiene el arte de… lo difícil, volverlo fácil. No hubo complicación alguna… el universo conspiró para que todo fluya hacia donde tiene que fluir.

Amelita: El poder de las comunicaciones… nos acerca a quienes estamos lejos y a veces nos aleja de quienes tenemos cerca. En este caso nos unió, nos permitió encontrarnos y conectarnos, sentirnos en la misma sintonía. Creo que el visionario abuelo Juan (padre de Ana María) sabía que esto iba a suceder. Según él, nos vio tan parecidas…

Begoña: Ha sido fácil, no solo  como dice Amelita por el poder de la tecnología, sino por la conexión que hay entre las tres y cómo ha fluido todo como en un camino sin obstáculos. La verdad es que está siendo toda una aventura.

Ana María describió el proceso de escritura del libro como una experiencia catártica; Begoña, ¿cómo lo has experimentado tú? Y para ti, Amelita, ¿qué significó esta experiencia?

Amelita: Algunos de mis escritos están inspirados en “Pupi” (Ana María para ustedes), y otros en cómo me siento con respecto a la vida: “un peregrino”, por lo que esta experiencia es simplemente maravillosa, ya que en esta etapa del camino me encuentro con personas increíbles, con una editorial, Hebras de tinta, que colma el alma y que hasta su nombre es inspirador. Por todo ello puedo decir que más allá de la distancia, me siento muy próxima a ustedes y viviendo esto con alegría y emoción.

Begoña: Para mí ha sido como una ”terapia alternativa” y un aprendizaje, no solo de la propia enfermedad, sino de todo el proceso, viviéndolo como un reto y una experiencia muy positiva. Y además con la posibilidad de conocer a personas que tengan algo que aportar a mi vida.

¿Por qué escribir un libro como Fibromialgia, mi gran amiga? ¿Cuál es la intención profunda de este proyecto?

Ana Maria: Para mí, en realidad, no hay una intención. Cuando yo empecé a transitar con mi amiga fibromialgia, recuerdo que Isabel me prestó un libro que me hizo ver la otra cara de esta patología, y aunque ello no supuso para mí la sanación completa (porque esto no existe), sí que me dio las herramientas para buscar otros caminos alternativos. Creo que mediante este libro podemos llegar a esas personas que están preparadas o esperando realizar un cambio. Nosotras pretendemos colaborar mediante este libro; con esto yo, por mi parte, me daría por satisfecha.

¿A quién va dirigido Fibromialgia, mi gran amiga?

Ana Maria: Por supuesto, a todas y todos (porque cada vez hay más hombres que la padecen) que sufren esta patología. Pero también se podría decir que a todas y todos aquellos que por diferentes causas atraviesan una etapa de desánimo, rencor o de un padecimiento en general y quieran volver a ENAMORARSE DE LA VIDA.

Amelita: Sin padecer fibromialgia, pero sí unas migrañas terribles, puedo decir que quien lo lea se va a sentir identificado de un modo u otro; por lo que creo que es un modo de aprender a entender aquello que nos aqueja.

Begoña: Aunque el tema principal es la fibromialgia, hay otro tema de fondo, me refiero a la enfermedad en general. Lo que cuentamos  puede ayudar a entender otras muchas patologías y la forma de enfrentarse a ellas sin rendirse.

¿Qué expectativas tenéis con respecto al libro?

Ana María: En esto sí puedo ser breve y contundente: tengo la mejor de las sensaciones con este libro, lo que supone… NO TENER EXPECTATIVAS. Escribirlo fue un placer, una caricia para el alma; luego el universo hizo el resto. Hasta la editorial Hebras de Tinta fue puesta en el camino… de forma mágica, ya que vibramos en la misma sintonía.

Amelita: Que llegue al alma de quien lo necesite, que quien lo lea pueda sentir que no todo es malo y que siempre hay alternativas para estar mejor.

Begoña: Hacer realidad este proyecto ya es en sí mismo un gran logro. Si además ayuda a alguien a sentirse mejor, las expectativas se verán satisfechas y completas.

Ahora que habéis descubierto la escritura como una especie de proceso curativo, ¿os planteáis escribir un segundo libro?

Ana María: Por supuesto que sí. Es muy gratificante.

Amelita: Sin duda de ningún tipo.

Begoña: Claro que sí, esto es solo el principio…

Ana María nos hace un apunte más en sus respuestas a esta entrevista: ME GUSTARÍA DESTACAR QUE SI BIEN LOS PRIMEROS PASOS DE ESTE LIBRO LOS DIMOS BEGOÑA Y YO, LUEGO SE SUMÓ AMELITA COMO VENIDA DEL CIELO, TAMBIÉN SE FUERON  SUMANDO VERDADEROS ARTISTAS, CADA UNO EN SU PROFESIÓN O EN SU CAMPO…. COMO ISABEL (TERAPEUTA DE SHIATSU Y ACUPUNTURA), MANUELA (TERAPEUTA, SOCIÓLOGA Y PSICÓLOGA), LICÍA GONZÁLEZ ESTÉVANEZ (FISIOTERAPEUTA), MARTA PÉREZ (PROFESORA DE YOGA)… TODAS SON PERSONAS MAYÚSCULAS, COMO ESTAS LETRAS QUE LAS NOMBRAN, Y PARTICIPARON DE FORMA GENEROSA Y ALTRUISTA PARA QUE ESTO SEA POSIBLE. Gracias.