Acompañando a sus poemas, Vicente Salgado-Carrasco nos entregó una serie de ilustraciones de Ignacio Klindworth, muy vivas, con mucho color y ciertas pinceladas de abstracción que, a nuestro juicio, casan perfectamente con la lírica de esta autor: certera, fuerte y plagada de metáforas.
Decidimos utilizar dos de ellas para ilustrar la cubierta. Las ilustraciones escogidas, aunque independientes, forman un círculo perfecto. El diseño no es circunstancial: un círculo se cierra sobre sí mismo, y por ello representa la unidad, lo absoluto, la perfección. Y eso es lo que se encuentra el lector cuando se introduce en las páginas de Revolada: un conjunto de poemas muy bien armados en torno a la obsesión del autor por encontrar el amor en todas las cosas: «Les aseguro que no hay un solo día que no ame. De esta manera intento que sean mis versos».
Por otro lado, este círculo perfecto lo es porque está lleno de contradicciones que se dejan ver en los colores que lo pintan: azules y morados frente a naranjas y amarillos. Colores opuestos que se complementan, dando lugar a un todo armónico, lleno de matices.
Con nuestro diseño de cubierta, hemos intentado hacerle justicia a un conjunto de poemas que nos estremeció desde la primera lectura; que, de forma muy honesta, expone al hombre y al poeta; y que nos acerca, en un exquisito vaivén entre el color y el verso, a la lírica más íntegra.
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